Cómo ahorrar en la factura de la luz

15 de septiembre de 2022
cómo ahorrar en la factura de la luz

Saber cómo ahorrar en la factura de la luz se ha convertido en una necesidad. Tal como se ha puesto el precio de la luz, a la mayoría nos descompensa el presupuesto mensual. Para los que no tienen el problema económico, hay otra razón que debería motivarnos a todos, ahorrar recursos naturales para proteger nuestro entorno.

Así que vamos a ver qué podemos hacer para disminuir el consumo energético. Recordaremos algunos consejos que ya sabemos de siempre y otros que puede que sorprendan un poco. Ten en cuenta que cada uno de estos consejos por sí solo no produce un gran efecto, pero si los aplicamos en su conjunto, sí que notaremos una gran diferencia en nuestra próxima factura.

Revisa y ajusta la potencia contratada

La potencia eléctrica contratada supone un importe fijo que pagamos en cada factura. Es la potencia que puedes consumir de forma simultánea. Para saber el mínimo que necesitas puedes hacer un cálculo aproximado de los electrodomésticos que sueles utilizar al mismo tiempo, por ejemplo: frigorífico, lavavajillas, lavadora y aspirador. Para un hogar medio 4,6 KW es suficiente pero lo mejor es hacer el cálculo teniendo en cuenta tu día a día.

Aprovecha la luz natural para ahorrar en la factura de la luz

Si aprovechas al máximo la luz natural en el interior de tu hogar, evitarás en gran medida tener que encender luces. Si quieres ahorrar en la factura de la luz, no dejes luces encendidas en estancias donde no estás. Para que la luz natural fluya y llegue hasta el último rincón, elije bien las cortinas o estores y la distribución del mobiliario.

Estores o cortinas transparentes que permitan el paso de la luz

A todos nos gusta la luz natural, pero por diversos motivos puede que tengamos cortinas o persianas cerradas, lo que nos obliga a encender luces. Uno de los motivos más frecuentes para cerrar, es la necesidad de preservar nuestra privacidad. Quizá tienes el vecino de enfrente que parece estar en tu casa.

Existen soluciones menos drásticas para proteger tu privacidad que la de cerrar persianas o correr unas gruesas cortinas. Una buena solución puede ser instalar unos estores o cortinas transparentes que dejen entrar la luz y permiten que desde el exterior, de día no se ve el interior de tu casa. Cualquier material con cierto grado de transparencia, tiene la cualidad de dejar pasar la luz, y solo permite ver lo que hay al otro lado si estamos en el lado más oscuro.

Unas cortinas transparentes dejan pasar la luz natural a la vez que aportan privacidad

Una correcta distribución del mobiliario dejará fluir la luz por toda la casa

Parece insólito pensar que con la distribución del mobiliario se pueda ahorrar en la factura de la luz. La disposición de los muebles y complementos voluminosos, tiene su efecto en el paso de la luz natural hacia el interior de la vivienda. La idea es disponerlos de manera que la luz fluya libremente hasta el último rincón de la casa.

Tanto el mobiliario como los complementos tienen su función, pero si estudiamos bien el espacio del que disponemos, veremos que existen diferentes ubicaciones y formas de colocarlos para que puedan cumplir con su función sin entorpecer la libre circulación de la luz.

Para que la luz natural fluya libremente, evita colocar muebles o cualquier objeto decorativo de manera que corte el paso de la luz. Por ejemplo, estanterías que separan dos ambientes en el salón comedor, sala de estar o dormitorio, de forma que impiden el paso de la luz natural y nos queda media estancia en penumbra. Evita colocar muebles voluminosos cerca de la ventana, de manera que impida el paso de la luz.

Regula la temperatura con las persianas, como hacían nuestras madres y abuelas

Dependiendo de la edad que tengas, habrás visto a tu madre o abuela controlando la entrada de frío o calor a la casa, con las persianas. En verano se trata de cerrar las persianas del lado de la casa donde da el sol directamente. Por la mañana se cierran las persianas de la fachada este y por la tarde se cierran las persianas del lado oeste. De noche abrimos para que entre el aire fresco, que intentaremos mantener durante el día.

En invierno, lo hacemos justo el revés. de día dejamos que el sol entre y nos caliente la casa y por la noche cerramos persianas para protegernos de las heladas.

Esto no es incompatible con dejar que entre la luz natural para no encender luces. Solo tenemos que encontrar el equilibrio, dependiendo de la época del año en que estemos y de la temperatura.

Evita el consumo fantasma

La mayoría de nosotros tenemos costumbre de dejar continuamente enchufados los aparatos que usamos habitualmente, incluso cuando no los utilizamos. Pues parece que muchos de ellos consumen energía, incluso los que no tienen luz piloto, como los cargadores de móvil por ejemplo. Es lo que llaman consumo fantasma o standby.

Bombillas LED, las mejores aliadas para ahorrar en la factura de la luz

Sin duda vale la pena invertir en el cambio de bombillas. Aunque siguen siendo algo más caras, han bajado de precio y el ahorro es espectacular. Las bombillas LED son las más eficientes. Comparando con las incandescentes por ejemplo, el ahorro es del 80% aproximadamente.

Con este tipo de bombillas, no solo ahorramos en el alumbrado, sino que además ahorramos en el consumo del aire acondicionado, porque casi no producen calor.

Regula la temperatura del calentador al mínimo confortable

Ten en cuenta que cuando tenemos una temperatura programada en nuestro calentador, no solo consume energía para calentar el agua, sino que luego tiene que mantenerla en esa temperatura. Algunos expertos dicen que unos 45 grados es suficiente.

Sin embargo es difícil generalizar, porque depende de la época del año, del tipo de calentador y lo que tardará en calentar el agua nuevamente, del número de personas que viven en la casa y del estilo de vida. En cualquier caso, vale la pena ir bajando el termostato del calentador y dejarlo lo más bajo posible, sin perder nuestro confort.

Si tienes grifería monomando, recuerda poner el mando en posición de agua fría. Si la dejas en el centro, cada vez que abras el grifo se activará de forma automática el calentador o la caldera.

Regula la temperatura del aire acondicionado y la calefacción

Cierto que en los últimos años las grandes empresas y organismos públicos han recuperado el sentido común. Ahora con la normativa para el ahorro de energía, además está regulado. Por suerte, la normativa no incluye el interior de nuestros hogares, pero sí se aconseja la moderación.

En verano en España hace calor y no pasa nada, mientras sea soportable. Deberíamos regular el aire a una temperatura que nos permita estar a gusto, sin sudar, pero no tiene sentido pasar frío en verano.

La temperatura ideal no es la misma para todos, se estima que en invierno estamos bien entre 19 y 21 grados de día, aunque conozco personas que por debajo de 22 grados tienen frío. En esa estimación, 18 grados para la noche está bien. Pero yo creo que se duerme muy bien incluso más fresquito.

El confort es algo tan personal, que es difícil generalizar. Lo mejor es que cada uno en casa, haga pruebas para averiguar cuanto puede bajar la temperatura de la calefacción, sin sufrir demasiado. No se trata de llevar abrigo en casa, pero es ridículo llevar manga corta en invierno o chaqueta en verano.

Electrodomésticos eficientes

Los expertos dicen que los electrodomésticos suponen el 45% del consumo eléctrico del hogar. A medida que los vayas renovando, apuesta por los más eficientes, Cuestan un poco más, pero sin duda vale la pena.

El frigorífico consume energía 24 horas al día

Si los electrodomésticos en su conjunto suponen el 45% del consumo eléctrico del hogar, el frigorífico supone el 18% del consumo. Ten en cuenta que está encendido 24 horas, 365 días al año.

Todo lo que podamos hacer para reducir el consumo del frigorífico, lo notaremos en la factura de la luz. El contacto que tenemos con nuestra nevera es cotidiano y de repetición, así que vale la pena cambiar algunos hábitos.

Acompaña la puerta

Vigila que no se quede la puerta abierta, cuando vas a por tu botella de agua. Lo mejor es acompañar la puerta hasta estar seguro de que has cerrado. Si la empujas sin acompañar, como es habitual, puede que se quede abierta durante horas.

Mantén el frigorífico ordenado

Si no encuentras lo que buscas, te quedas mirando y buscando mientras la puerta sigue abierta y después, tu nevera necesitará un buen rato funcionando a tope, para recuperar el frío que se perdió mientras tenías la puerta abierta.

Planifica tus comidas

Planificar las comidas con cierta antelación, te permitirá descongelar los alimentos que vayas a necesitar, simplemente pasándolos del congelador al frigorífico. De esta forma, no solo te ahorras el consumo del microondas, sino que ahorras consumo del frigorífico por el aporte de frío del alimento que se está descongelando.

No pongas alimentos calientes en el frigorífico

Cuando introduces un alimento caliente en el frigorífico, le obligas a realizar un trabajo extra y su consumo se dispara.

Revisa el contenido de tu nevera con frecuencia

De esta manera evitarás tener alimentos en mal estado, que pueden ensuciar el frigorífico, producir malos olores y además consumen energía.

Cuida la ubicación del frigorífico

En la medida de lo posible, la nevera no debería estar cerca de fuentes de calor, como hornos, fogones, etc. Lo ideal es que tenga cierto espacio a su alrededor, para que el aire pueda circular libremente.

Aprovecha el calor residual cuando cocinas

Si cocinas con placa eléctrica y horno eléctrico, aprovechando el calor residual vas a ahorrar en la factura de la luz. Se trata de apagar la placa y aprovechar el calor que sigue emitiendo para completar el cocinado. En el horno, el calor se mantiene por más tiempo. El tiempo de anticipación dependerá de la potencia que tuvieras y de lo que estés cocinando. En general puedes apagar la placa unos 5 minutos antes de acabar el cocinado, y unos 10-15 minutos antes de que tu plato esté listo, puedes apagar el horno.

Estos consejos son solo una pequeña parte de lo que podemos hacer para ahorrar recursos naturales y reducir nuestra factura de la luz. Lo más importante es tomar conciencia de que con nuestros gestos cotidianos podemos marcar la diferencia. En nuestra entrada «Trucos para ahorrar en los suministros del hogar» puedes ver algunas ideas más sobre éste tema.